Esta vez bajo yo. Otra vez. Tanto andar diciendo lo que me gusta. Tanto andar contando sobre hombres que tengan pelo, que sepan cocinar churrascos, que jueguen de nueve y queden embarrados, que sean graciosos o que miren culos por la calle que ahora me llegó la hora. Era hora que yo misma, en persona, la que viste y la que calza, me desnude. Qué es eso de andar exigiendo sin ofrecer nada a cambio. En los comentarios me lo dijeron. Me pareció justo. Entonces acá estoy. Contándoles cómo soy cuando estoy de novia. Me tuve que poner a hacer memoria. Ya ni me acordaba cómo era. Es que para mí, estar de novia fue siempre como un gran ejercicio emocional. Primero te vas acostumbrando a salir de la soledad hasta que un buen día, sin saber por qué, como quien no quiere la cosa -o sí la quiere- terminás metida hasta el cuello. Enamorada es poco.
1. Me gusta acariciar la cabeza del Novio mientras me duermo o se duerme.
2. Le doy besos húmedos al Novio. Muchos. Odio los piquitos.
3. Compro regalos para el Novio hasta cuando el Novio no cumple años.
4. Bajo yo a buscar la pizza para que el Novio no se ponga las zapatillas.
5. No dejo que el Novio se aburra demasiado conmigo. Es regla.
8. Soy celosa con el Novio pero tampoco una enfermita.
9. Me compro ropa para que el Novio no me vea siempre con lo mismo.
10. Puedo dejar de hablar de mí y escuchar los problemas del Novio.
11. No pregunto “¿Y, te gustó Novio?” después de eso.
13. Sé preparar comida china para que el Novio sienta que comió raro.
14. Me hago amiga de la madre del Novio y consigo que me quiera.
15. Pateo penales en la arena para que el Novio sublime al fóbal.
Todo, aunque parezca que no, siempre me termina fluyendo…
No me gustan los tríos. ¿Será por eso que no me duran…?
La parte mala que la cuenten los que la sufrieron…
laura bassani